Nosotros creemos que el propósito de Cristo es establecer y extender Su Reino “en la tierra como en el cielo” (Gen. 12:1-3; Mt. 6:9-10; Mt.6:33; Mt.9:35; Lc.4:43; Gal. 3:8). Su Reino se manifiesta en todo lugar donde se reconoce el señorío de Cristo a través del arrepentimiento, fe y la obediencia a Su voluntad revelada. (Isa.9:6-7).

(Mt. 28:19. Nosotros creemos que el Reino avanza cuando los individuos escuchan y aceptan el Evangelio mediante la fe y el nuevo nacimiento, experimentando regeneración y transformación interna, expresada a través de la obediencia a “todo lo que El nos ha encomendado”. Las naciones son discipuladas, en la medida en que la iglesia hace visible el Reino en su propia cultura, al obedecer fielmente la Palabra de Dios en cada área de la vida y en cada esfera de la sociedad. (Gen.1:26-28; Col. 1:18b).

(Efesios 3:9-11). Nosotros creemos que la iglesia es el principal agente ordenado por Dios para extender Su Reino. (Mt.16:18-19); Efes.1:22-23; Efes. 3:8-11). (Efes.2:14-22; 1Ped.2:9-10).

La iglesia local es una comunidad representativa de la iglesia universal. Se reúne regularmente para la adoración, el compañerismo, la enseñanza, y para equiparse y salir a servir a otros. Es llamada a vivir como el Cuerpo encarnado de Cristo. En la medida que la iglesia sigue a Cristo como cabeza, su mensaje cobra relevancia ante la comunidad a la que sirve.

Las naciones son discipuladas cuando las Iglesias locales comisionan sus miembros a servir en cada esfera de influencia de la sociedad. Y estos a su vez actúan como agentes de transformación, y emplean sus destrezas y dones, para ministrar y servir a otros. A través de un estilo de vida y acción intencional, promueven el Reino de Cristo en su nación. (Efes. 4:11-13).

Nosotros creemos que Dios es Señor de todo. Por lo tanto, Su obra redentora es completa e integral para traer sanidad y restauración a todas las cosas. (Gen.1:31a; Rom.8:18-23; Col. 1:19-20). El Reino avanza en la medida en que los miembros de la iglesia cumplen con su responsabilidad. (Mt. 4:23; Lc. 4:18-21). El liderazgo de la iglesia debe capacitar a sus miembros integralmente: espiritual, física, intelectual y socialmente. Estas son las preguntas que la iglesia debe hacerse: ¿Cómo se vería nuestro pueblo, si Cristo fuera su alcalde? ¿Y la nación, si Cristo fuera el Rey, Presidente, Primer Ministro o Gobernador?

(Jn. 17:15-19) Así como Jesús manifestó a Dios en su humanidad, la iglesia manifiesta a Cristo sirviendo a un mundo quebrantado. (Jn.1:14; Rom.13:14a; Efes.5:1; Fil. 2:5-8).  Cuando el mundo observa a la iglesia, debe ver la compasión, amor, servicio y obediencia de Cristo reflejado en su gente. La Trinidad es una comunidad: Padre, Hijo y E.S. Por lo tanto, la naturaleza y carácter de Dios se hacen visibles al mundo cuando la iglesia, como comunidad, encarna los principos del Reino. (Efes. 4:11-13).

(Col. 1:15-18). Nosotros creemos que la Biblia es la Palabra de Dios, inspirada, infalible y poderosa (Jn.17:17; 2Tim. 3:16-17). La Biblia presenta una cosmovisión integral de la verdad revelada por Dios, en temas tales como: 
la naturaleza de la realidad suprema, el significado y propósito de la vida humana, el propósito de la historia 
el origen y naturaleza del universo físico

Los discípulos de Cristo deben ser transformados por la cosmovisión bíblica, a través de la renovación de sus mentes, desechando cosmovisiones falsas, que han distorcionado la verdad que Satanás usa para esclavizar a los individuos y naciones. (Mt. 22:37; Rom. 1:18-23; Rom. 12:2; 2 Cor. 10:3-5; Col. 2:6-8; 1 Ped. 1:13).

El discipulado de las naciones requiere que los seguidores de Cristo permitan que la cosmovisión bíblica ilumine cada área de sus vidas y lo muestren externamente en cada esfera de la sociedad. (Isa. 11:9b; Mt. 28:18-20; jn. 8:31-32).